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Jesus Vico S.A.
Auction 141  5 March 2015
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Lot 163

Starting price: 10 000 EUR
Price realized: 22 000 EUR
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Tremissis. Leione (León, 583-85). A/ Busto masculino con corona de perlas y drapeado a der., delante tres puntos; LEIOIL COTIS MVNITA. R/ Cruz patada dentro de dos láureas y entre dos adornos semicirculares, dentro de ellos I L (invertida); IONIOC, en el exergo. MEC-293. W. Reinhart-no, pero cita en p. 134. Rotura al borde, que no afecta a la leyenda. MBC. Posiblemente única. Sólo se conoce otra moneda de su serie (MEC, nº 293), y la citada por Reinhardt (p.134) con leyenda LEIOA COTIS MUNITA publicada por Allen Nunes Teixeira, de la que no ofrece imagen, que junto con el triente de LEONES MONETA CLARA, son las piezas que los suevos acuñaron en la ceca de León (Leione), por entonces una de las principales ciudades fronterizas con el reino visigodo (que probablemente formaba en aquella época una diócesis conjunta con Astorga). Esta frontera era inestable. Leovigildo había desarrollado varias campañas en la zona, había ocupado Sabaria (573), los montes Aregenses (zona oriental de Orense) e incluso había llegado a atacar el corazón del reino suevo (576). Entonces el rey Miro solicitó la paz, que Leovigildo le concedió (577), probablemente a cambio de reconocerse cliente y, por tanto, limitar drásticamente su autonomía política, en especial en el tema de las relaciones exteriores. Esta moneda parece haber sido acuñada en los últimos tiempos del reino suevo y creemos que pudo fabricarse en dos momentos. La primera opción sería el momento en el que el rey suevo Miro (Mirón) decidió apoyar la rebelión de Hermenegildo, por entonces cercado por su padre Leovigildo en Sevilla, y marchar con su ejército hacia el sur (583, según nos cuenta Gregorio de Tours). Con ello, buscaba recobrar su independencia política (apoyado por Bizancio y Borgoña), siendo esta moneda realizada como parte de la financiación de esta expedición, que terminó de forma trágica para los suevos, ya que rodeados por el ejército visigodo tuvieron que aceptar prestar una especie de juramento de fidelidad a Leovigildo. De esta manera se convertía en su soberano eminente, en calidad de patrono de armas del rey suevo, aceptando entonces que pudieran retirarse sin problemas hacia su reino, mientras Hermenegildo terminaba rindiéndose poco después (584). La segunda opción se refiere al período final del reino suevo. Sabemos que Miro murió poco después de volver a su reino (583), siendo sucedido por su hijo Eborico, que inmediatamente renovó el juramento de amistad y fidelidad a Leovigildo, lo cual llevó a parte de la aristocracia sueva, dirigida por su cuñado Audeca, a deponerle (584). Eborico fue ordenado clérigo y encerrado en un monasterio y su esposa Siseguntia casó con el usurpador. En estos momentos de crisis pudo acuñarse esta pieza, tanto por Eborico como por Audeca, como muestra de su acceso al trono, o de las reformas fiscales que se iniciaron como medio de fortalecer el poder del soberano y su capacidad de gestión frente a la aristocracia. Leovigildo no aceptó de buen grado estos cambios políticos que debilitaban su posición hegemónica en dicho reino y decidió intervenir a favor del depuesto Eborico, invocando su juramento de fidelidad, que le convertía en su cliente, y derrotó rápidamente a Audeca (585), que perdió el tesoro real y fue hecho prisionero, siendo ordenado presbítero y desterrado a Beja, lo que conllevó que el reino suevo católico fuera anexionado al reino arriano visigodo que impuso un férreo control sobre el mismo para evitar cualquier posible rebelión (como la de Malarico, que tuvo lugar en ese mismo de 585). Una tercera opción para su fabricación es que esta pieza fuera realizada por el propio Leovigildo en estos primeros momentos tras la conquista, como muestra inequívoca de su poder y control total sobre el reino suevo (Grierson, MEC, pp.79-80), aunque nos parecen más probables las opciones anteriores. Por tanto esta moneda es probablemente una de las últimas acuñadas por los reyes suevos, si no la última, realizada en una ceca como la de León de la que tenemos muy escasas noticias en esa época, apenas dos series suevas escasísimas y que, durante la época visigoda sólo acuñó en época de Suintila, conociéndose esta emisión por una única pieza (CNV nº 312) , añadiendo que las leyendas de reverso están invertidas (tanto la copia del tradicional CONOB bizantino, como las letras que indican la procedencia de la ceca leonesa). Por todo ello nos encontramos ante una moneda excepcional dentro del contexto histórico, político y monetario de la época final del reino suevo.
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