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LOS AUSTRIAS

FELIPE II. Lima. 8 reales. Nd (1568-71). R (Rincón). Ensayador en anverso a la izquierda del escudo y en reverso sobre olas valor en arábigo y en el centro PL/VSVL/TR. Anv.:PHI(LI)PVS·II·(D)·HISPA. Rev.:(NI)ARVM·(ET I)NDIARVM REX. Cy3912.24,42 g. Oxidaciones limpiadas. BC+. Rarísima, duro mítico y fundamental.

Felipe II concedió la apertura de la ceca en Lima por Real Orden de 21 de agosto de 1565. Hasta hace unos años sólo se sabía que a finales de 1567 la casa ya estaba implantada, que en carta del 7 de febrero de 1568 se dice que se espera comenzar las labras "antes de un mes" y que Rincón era el ensayador de la moneda, aunque siempre ha habido confusión al identificarle con el Rincón de Méjico. Estos pocos datos hacían que los distintos autores variaran en datar (desde la segunda mitad de 1568, al periodo 1568-71 del que habla Sellschopp) el comienzo de la labra de esta moneda que, esto ya, sin duda, ensayó Alonso del Rincón hijo.
El magnífico trabajo dirigido por Anes y Céspedes ("Las casas de monedas en los reinos de las indias", Madrid, 1997) nos ha dado gran parte de luz sobre la acuñación de esta moneda, aunque, como veremos, ha levantado algunas sombras sobre el trabajo de la ceca limeña. También seguimos el trabajo de Eduardo Dargent Chamot, "La ceca inicial de Lima. 1568-1592", Buenos Aires, 2011 y los trabajos de Arnaldo Cunietti-Ferrando.
La documentación nos informa que la ceca, tras diversas intentonas, se instaló en el mismo edificio de gobierno que además servía de cárcel. El 2 de septiembre de 1568 Rincón hizo entrega del clavo con su inicial al tallador de la casa que era Antonio de Bobadilla, así consta en el acta levantada por el escribano Juan de Yturrieta en el que se dice dónde debe ponerse la inicial R en los valores cuatro, dos, uno, medio y cuarto de real, no haciendo referencia al duro. Las primeras entradas de plata para acuñar constan del día 6 del mismo mes y desde entonces al mes de octubre de 1569 entraron más de 20.000 marcos de plata (más de 4.700 kg). La procedencia del metal, aunque en un principio era sólo de la Caja Real, pasó a ser de la dicha caja y de un grupo de únicamente siete mercaderes locales (al parecer, a estas empresas dedicadas al negocio de adquisición de plata para amonedar, labor que iba acompañada por el préstamo a los mineros, se las conocía como "bancos de plata"). A partir de aquí las informaciones son harto confusas. Hay cruces de acusaciones de distintos personajes de la ciudad sobre el quehacer de la ceca, sobre todo por lo que respecta al cobro del señoreaje. Tras la visita del enviado del rey (26 de noviembre de 1569), es el tesorero de la casa, Lope de Mendaña, el que se lleva toda la culpa. Se le acusa de muchas faltas, entre ellas, la falta de peso de monedas, el robo del dicho señoreaje o que se habían acuñado monedas de a 8 reales sin que esto estuviera previsto. Se le condenó a muerte dos veces, aunque la sanción quedó finalmente en nada, solucionando el tema con una pequeña multa a un funcionario de segunda (esta mínima sanción se explica porque era sabido que la ceca sí había sido autorizada a acuñar duros según nos reconoce el virrey Francisco de Toledo el 31 de marzo de 1575: "no obstante que en las dichas ordenanzas [las de la fundación de la ceca de Lima de 21 de agosto de 1565] que están hechas para la casa de la moneda [de Lima] no declara que se hagan los dichos reales a ocho; atento que en los reinos de España, sin embargo dellas, se hacen todas las veces que hay necesidad, y en la ciudad de los Reyes, donde primeramente se fundó la dicha casa se permitió e mandó por el licenciado Castro, gobernador de estos reinos e por la real audiencia que reside en la dicha ciudad, se hiciesen e labrasen, como se hicieron e labraron los dichos reales de a ocho").
Por esa visita de 1569 sabemos que el último trabajo de la ceca es de 11 de octubre del mismo año pues este escándalo justificó el traslado parcial de la ceca a La Plata. El 70 fue prácticamente inhábil por el juicio y las comprobaciones que se hicieron de las monedas llevadas por los limeños para su ensaye. Se nombró nuevo ensayador en la persona de Ginés Martínez el 23 de octubre (Rincón, salpicado por el escándalo, aunque luego reconocido, pasó a La Plata y Potosí, entre 1573-6). En la descripción mantenemos la fecha de nuestro catálogo (Las Monedas Españolas) para evitar errores de catalogación al coleccionista, pero a nuestro juicio, tras lo expuesto, este duro de Lima de Rincón se acuñó entre primeros de septiembre de 1568 y el 11 de octubre de 1569. Paoletti en su soberbio trabajo sitúa la labra entre los años 69 y 70.
Este ejemplar es el tercer rarísimo duro de Lima de Rincón que pasa por nuestras manos en casi cincuenta años.